Juan Antonio Martín, entrenador: "Cuando no duermes bien o estás constantemente estresado, tu cuerpo no quema grasa de manera eficiente"

Hacer dieta, entrenar cada semana y no ver resultados puede generar una frustración difícil de manejar. Quienes inician un cambio de hábitos para perder peso lo hacen con ilusión, disciplina y muchas veces incluso sacrificando su tiempo libre. Sin embargo, no es raro que, pasadas unas semanas, la báscula no refleje ningún avance o incluso marque un ligero aumento.

Esa situación es más común de lo que parece y, lejos de ser motivo para rendirse, puede esconder errores que tienen solución. La falta de resultados visibles no siempre se debe a la dieta o el entrenamiento en sí, sino a pequeños factores que pasan desapercibidos. Muchas personas aseguran que hacen ejercicio con regularidad, que cuidan su alimentación y que no pican entre horas, pero siguen sin bajar un gramo.

¿Es posible que algo esté fallando aunque todo parezca ir bien? La respuesta es sí. Y para detectarlo conviene prestar atención a aspectos que van más allá de la comida o las pesas, como las emociones, el descanso o la continuidad del esfuerzo.

Las tres razones comunes que te impiden adelgazar

Muchas veces no se trata de falta de esfuerzo, sino de no saber exactamente qué está fallando. Esa sensación de estancamiento, de no sentir que nada cambia, es más común de lo que parece y, según el entrenador personal Juan Antonio Martín, suele deberse a pequeños errores que pasan desapercibidos pero que tienen un gran impacto. Él lo resume con claridad en su vídeo que ha compartido en su perfil de Instagram:

1. Estás comiendo más de lo que crees: “Las porciones incluso de alimentos saludables pueden ser más grandes de lo que necesitas. Así que revisa tus cantidades”. Aunque pienses que estás controlando, la realidad es que muchas veces se subestima la cantidad de calorías ingeridas. Un puñado de frutos secos o un poco de aceite de más pueden ser los causantes.
2. Estrés o falta de sueño: “Cuando no duermes bien o estás constantemente estresado, tu cuerpo no quema grasa de manera eficiente”. El cortisol, la hormona del estrés, puede jugar en tu contra. Dormir poco o vivir en un estado de tensión continua afecta directamente a tu metabolismo y a cómo tu cuerpo procesa la energía.
3. Falta de consistencia: “La clave está en la constancia, no en ser perfecto todos los días”. Saltarse entrenamientos, comer de forma descontrolada los fines de semana o tener una rutina poco estable puede anular el progreso de toda una semana. La regularidad es más importante que la perfección.

Detectar estos errores puede ser la clave entre estancarse o avanzar de verdad. Según Martín, revisar estos tres puntos es vital para obtener resultados reales. No se trata de vivir con restricciones extremas ni de hacerlo todo al dedillo, sino de saber dónde estás fallando sin darte cuenta y corregirlo a tiempo. Solo así podrás convertir el esfuerzo en progreso y ver cómo la báscula, por fin, responde.